viernes, 10 de octubre de 2008

"EL PAIS DEL NUNCA JAMAS" (Donde los sueños se hacen realidad)


Hace un tiempo ya estando frente a mi computadora, me quedé profundamente dormido y tuve un sueño; rara vez me acuerdo de los sueños y cuando esto me ocurre pasan por mi mente escenas que podrían llegar a transformarse en una película…

Solamente dejo la ventana de mi habitación abierta y espero que Peter Pan venga por mí a llevarme una vez más al País de los niños perdidos.

Soñé que una vez más estaba a punto de buscar la mejor toma, la mejor luz, el mejor plano para inmortalizar ese momento como único, especial; y de hecho sí lo fue…

A veces se me mezcla lo real con los sueños y una parte de mí me lleva a pensar que los sueños son realidades y de este modo puedo encontrar momentos en que disfruto de la vida más allá de mis afectos.

Y soñé que conocía a un chiquito de seis años, huérfano; que para comenzar su primer año en la escuela tuvo que cambiarse el apellido ya que con aquel que le habían dado no lo aceptaban en ningún establecimiento educacional.

Y así fue que transcurrió su niñez; sólo en el mundo, descubriendo y aceptando su realidad… quién sabe dónde andarían sus progenitores; pero él quería ser alguien en esta vida.

Así fue creciendo y como no podía ser de otro modo, se fue haciendo en la calle; a los golpes, tratando de crecer y de sobrevivir en esta jungla maravillosa donde la ley de la calle es la ley del más fuerte.

A medida que transcurría el tiempo conoció nuevos lugares y gente; ganó nuevos amigos y otros tantos enemigos y la adolescencia lo llevó a cometer errores propios de la edad (se equivocó…)

Pagó por sus acciones y el costo fue muy alto, casi le cuesta la vida y, hoy día, lucha tratando de poder respirar como un ser humano normal. Pero la vida continuaba y se encontró nuevamente huérfano con unos años más y en la calle.

Y volvió a lucharla, día a día; procurando adaptarse a una sociedad consumista y frívola. Y lo dejaron de lado una vez más, como aquel primer día de clases que no pudo ingresar con su cuaderno nuevo forrado con papel de diarios a la escuelita de barrio.

Empezó a juntar papeles, cartones, botellas y todo lo que la gente le dejaba; y él siempre les respondía con una sonrisa… del mismo modo le daban un plato de comida caliente, un pedacito de pan y un vaso de agua bien fría para soportar tantas horas bajo el sol.

Sobre su espalda llevaba una mochila muy pesada y sus pulmones se deterioraban día a día. Conoció a su compañera del alma y tuvieron seis hermosos hijos. Formaron así una hermosa familia pero un día, él ya no pudo salir a cartonear…

Los vecinos extrañaban su silbido característico y su poesía ya que es un amante de la vida y de las relaciones humanas plasmando muchas veces en un papel sus historias cotidianas de la calle.

Y llegó el momento… aquellos ignotos e ilustres casi desconocidos y en forma de agradecimiento, juntaron dinero y junto a un grupo de vecinos lo llevaron a grabar un disco donde sus canciones llegan al corazón, atraviesan el alma y me dejan pensando hasta que se me cae un lagrimón…

Hoy vive vendiendo sus canciones, su arte, su obra, su música…

Casi instantáneamente me desperté sobresaltado y noté que mi sueño tenía un rostro y un nombre, que hoy lleva orgulloso y con la frente en alto levanta la bandera de “Cartonero y Cantor”… ANTONIO HALVERSEN…

































“Un sistema del desvínculo: El buey solo bien se lame. El prójimo no es tu hermano, ni tu amante. El prójimo es tu competidor, un enemigo, un obstáculo a saltar o una cosa para usar. El sistema, que no da de comer, tampoco da de amar; a muchos condena al hambre de pan y a muchos más condena al hambre de abrazos.”

(El hambre / 2, Eduardo Galeano, de “El libro de los Abrazos”. Editorial Planeta, Argentina, 1995)

1 comentario:

Anónimo dijo...

calidas las imagenes..