lunes, 29 de septiembre de 2008

TANGOS CAPITALES


Vivo en un barrio del conurbano norte del Gran Buenos Aires y detrás del portón negro, hay una casita verde, algunas ventanas, ningún perro (por ahora) y clorofila en las venas. Esta mezcla de sabores e ingredientes me lleva al único fin de saciar el hambre cultural, muy tranquilo y desde el verde.

Cuando uno vive insertado en la naturaleza de las distintas corrientes musicales tradicionales, el arte empieza a perder uno de sus sentidos. Esa necesidad urbana de consumir belleza desaparece. A veces me cuesta mucho salir de ciertos preconceptos con los que vivo y si bien pienso que todo está en mi casa y al alcance de mi mano, debo confesar en esta oportunidad que me he llevado una agradable sorpresa.

En compañía de mi mujer y mi Maga; tuve el privilegio de ser partícipe a fines de noviembre del año pasado, de “Tangos Capitales”, en el Teatro Arlequines, sito en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.





Un cruce de religión, psiquiatría y arte, en clave de tango.





Me gustó mucho ese nivel de locura, de no cotidianeidad en la expresión; como un giro de la realidad.





Además, tiene cosas geniales hechas desde la actuación. Hay una escena fantástica con un peluche cuasi demoníaco la cual produce un efecto tremendamente espectacular en el espectador.





Y están los bailarines en un plano que parecieran no moverse y mientras entran y salen de la escena se va desarrollando un entramado que avanza a tientas entre las sombras del inconsciente, recorriendo el camino que va del pecado al síntoma, del síntoma al castigo y del castigo a la purificación.





El universo de deseos y oscuras pasiones reprimidas se proyecta en el exterior, tomando el cuerpo como pantalla de la vida psíquica.





Cuando no están en escena, su presencia se siente como si estuvieran.





Hay que predisponerse para estar en un estado especial para verla porque es muy dura y hasta graciosamente cruel por momentos.





Ellos tienen brazos y piernas a lo largo de toda la obra, los personajes bailan en las sombras de la subjetividad, allí donde el deseo se vuelve cuerpo.









Amores y debilidades.





Es muy fuerte ver como se van desarrollando cada uno de los siete pecados capitales en clave de tango…




Así, la soberbia se equipara al narcisimo; la pereza, a la depresión; la avaricia, a los trastornos obsesivo - compulsivos.








La ira se relaciona con la pulsión de muerte; la gula, con la anulación del otro; y la envidia, con la sensación de exclusión.





Finalmente, en la lujuria se trabaja con la búsqueda de placer en relación con la muerte, la eterna pulseada de Eros y Tanatos.





El teatro es un medio que me encanta. Me gusta como expresión y como lenguaje. Hay una generación joven que está haciendo cosas nuevas y en este punto es esperanzador, fuera del circuito comercial donde en muchos casos si bien puede estar producido impecablemente, no le prestan la debida atención ya que es una idea poco convencional. Los actores de Tangos Capitales también se toman el tiempo de actuar y hay un nivel que roza la excelencia.





Fragmentos de la Divina Comedia entre otros textos literarios ayudan a crear este entramado que aúna música y danza en una representación del mal que contiene su propia redención.





Tangos Capitales pone en escena despojos, cicatrices, fallidos intentos del amor.





Una danza de afligidos y dañados, amos y esclavos destinados a la propia y mutua destrucción desde los abismos más oscuros del ser, desde lo más genuinamente humano.








Mi acercamiento al tango es un tanto especial en este tiempo ya que pude compartir esta obra con mi gran amor, una auténtica morocha argentina. Hace unos años abandoné la investigación acerca de la blondura y recién después de algo más de veinte años descubrí que la Maga era morocha cuando finalmente nos encontramos.





Personalmente y a título de confesión debo admitir que muchas veces escribo muy ridículamente con algo de humor, una mezcla de narrativa e historieta muy rara pero efectiva para mi gusto y del mismo modo debo decir que desde hace un tiempo descubrí la forma en que día a día, mi Maga va dejando huellas en mi corazón y en mi misma piel…





Esta escritura que me va cubriendo y que me gusta, me nutre de una especie de reservorio inconsciente de material que me potencia y desemboca indefectiblemente en el amor…


Gracias por compartir tantas pasiones y permitirme descubrir este nuevo mundo a tu lado...

1 comentario:

Anónimo dijo...

increibles.. lograste captar la escencia de cada personaje..
ud nunca deja de sorprenderme
lo felicito